Barbara Weil. La libertad formal sobre papel
La obra que se presenta en esta exposición representa una parte especialmente diferenciada de la mayor parte del trabajo de la artista. Mayoritariamente realizadas en la década de los ochenta, estas obras de pequeño formato sobre papel suponen, como suele pasar con los trabajos artísticos en soportes sencillos, una dosis extra de liberación expresiva. Pero, a diferencia de otras series de la misma artista sobre papel, con una marcada carga social o bien conceptual, estas obras parecen una línea de trabajo alejada de aquello discursivo y focalizada en un tipo de evasión formal. También a diferencia de las Drawings from movies, llenas de iconografía pop y de contenidos simbólicos, estas obras presentan una actitud completamente diferente por parte de Weil, que aquí prefiere dar protagonismo al dibujo y a la forma por encima de ningún otro elemento. Hace, por lo tanto, un ejercicio de construcción de estructura, textura y composición con pintura acrílica y rotuladores, dejando a menudo el fondo en blanco como si se tratara de un graffiti en una pared. Recoge, además, el estilo cromático y las estructuras propias de su escultura, pero trasladadas a la ligereza y sencillez del papel, con la libertad añadida de la indefinición de los contornos, a menudo fuente de texturas vaporosas y etéreas que añaden movimiento a las composiciones. En algunos casos se acerca, desde la abstracción, al resultado estético de sus dibujos figurativos, con colores eléctricos y líneas ondulantes que hacen vibrar el papel como si se tratara de la transcripción de una pieza musical al ámbito plástico y visual.
En estos dibujos, Barbara Weil parece abocar cierta esencia creativa que lleva dentro, donde se expresa la fuente primaria de todas las ideas que antes o después desarrolla en diferentes materiales y formatos. Esta obra sobre papel, desvinculada de todo el resto, guarda en cambio un vínculo mucho más profundo, el de ser una muestra de la semilla de todo su estilo y su diversidad artística; la raíz desde la cual crecen todas las ramas estilísticas: la abstracción geométrica con resonancias arquitectónicas, la expresividad de la línea libre, el gusto por la simplicidad cromática o el interés por el trabajo del volumen y las texturas. Así pues, se identifica tanto en el conjunto como en esta parte de su obra una tendencia a la celebración del arte como el territorio de la belleza por excelencia, donde la forma es el vehículo para la expresión y la comunicación pero también un fin en sí mismo.
Alexandre Roa Casellas