
A lo largo de toda su vida, Barbara Weil estuvo comprometida y dedicada al arte. La mayor parte de su personalísima obra plástica la desarrolló en Port d’Andratx (Mallorca), donde vivió y trabajó desde 1972. De clara y abierta influencia del expresionismo abstracto y la pintura norteamericana de segunda mitad del siglo XX, Weil se destacó en la aplicación de una actitud vivamente gestual e impulsiva en el terreno plástico y formal, pero a la vez excepcionalmente consciente y conceptual en su despliegue en el tiempo, así como en el control del proceso y de los contenidos, especialmente hacia la última etapa de su trayectoria estilística.

